Cada semana, todos contamos
con 168 horas. Pero depende de cada quien aprovecharlas al máximo. Tanto en el
trabajo, como en el hogar, todos podemos beneficiarnos de hacer uso del tiempo,
el recurso más preciado, en forma eficiente.
La administración del tiempo
se refiere a analizar nuestro uso de este recurso en forma regular, para
comprender la forma más adecuada de usarlo en forma efectiva.
Manejar su
tiempo le obligará a ser explícito en cuanto al valor que le da a su vida
personal y profesional, y le permitirá dirigir sus esfuerzos en concordancia.
Controlar su tiempo le ayudará a mantener el equilibrio entre las múltiples
presiones bajo las cuales está sometido, facilitándole entonces el logro de sus
objetivos, y evitando el estrés y el cansancio.
Controle su tiempo
Conozca cómo utiliza su tiempo: durante un par de días (mejor aún,
una semana), lleve una bitácora del tiempo que dedica a cada actividad. Divida
las tareas en categorías como: llamadas, reuniones, visitas inesperadas, trabajo
administrativo, viajes, comida, descanso, actividades personales, etc. Analice
si el uso de su tiempo se corresponde con sus responsabilidades.
Establezca sus objetivos: en base a lo que es importante para usted,
determine que quiere lograr cada día y semana. Desglose cada objetivo en tareas,
asígneles un tiempo estimado a cada una y establezca sus prioridades.
Organice su tiempo: identifique las herramientas correctas que le
permitirán comprometerse a cumplir las tareas identificadas en un tiempo
específico. Las herramientas puede ser: listas de cosas por hacer (to-do lists),
calendarios, planificadores, etc.
Identifique y elimine los enemigos de su tiempo: los principales
problemas para controlar el tiempo suelen ser:
Sobrecargar su horario: tratar de hacer más de lo que resulta posible.
Asumir tareas de otros: por ejemplo, cuando un subordinado no hace bien su
trabajo
Perdedores de tiempo (controlables): tales como llamadas telefónicas no
planificadas, visitantes inesperados, reuniones improvisadas, etc.
Mas que administrar el tiempo, hay que saber administrar nuestras acciones. Saber que hacer y saber cuando hacerlas. Dale priorodad a las cosas que tienen mas importancia. Hacer primero, las cosas que tengan mas importancia, o las que sean mas proximas, ya despues hacemos, las que no son tan importantes como las otras y que no sean para un tiempo muy proximo.
Saber organizarnos, nos ayudaria muchisimo, tendriamos mas tiempo, si es que nos sabemos organizar bien.
El locus de control, también conocido como control interno-externo, es un concepto que describe el hecho de que para una tarea determinada, las personas se comportan de forma muy diferente según crean que su ejecución depende de ellos mismos o no. Las personas que creen que el desarrollo de determinada tarea depende de ellos mismos tienen un locus de control interno, mientras que las convencidas de que el desarrollo exitoso de la tarea depende de factores externos tienen un locus de control externo. Se considera que el locus de control es un rasgo de la personalidad estable en el tiempo, y sitúa a las personas en un continuo según la responsabilidad que aceptan sobre los eventos sociales que experimentan -que pueden ser positivos, negativos o neutros-. Así se muestra el grado en que un individuo percibe el origen de su propio comportamiento, ya sea de manera interna o externa a él.
Locus de control interno
Un individuo con locus de control interno tendrá tendencia a atribuir a causas internas todo aquello que le suceda. Por ejemplo, un estudiante que obtenga una buena nota en un examen atribuirá el resultado a su esfuerzo y horas de estudio. Estas personas perciben que los eventos positivos o negativos ocurren como efecto de sus propias acciones y que están bajo su control personal. Así, estas personas valoran positivamente el esfuerzo y la habilidad personal. Los individuos con locus de control interno están más inclinados a litigar en caso de crisis interpersonal. Además, experimentan mayores satisfacciones personales que los individuos con locus de control externo y tienen una imagen de sí mismos más positiva.
Locus de control externo
Un individuo con locus de control externo tendrá tendencia a atribuir a causas externas todo aquello que le suceda. Por ejemplo, un estudiante que obtenga una mala nota en un examen puede atribuir su fracaso a la mala suerte, la excesiva dificultad de la prueba o la extrema severidad del profesor. Estas personas perciben el refuerzo como no contingente a sus acciones sino como resultado del azar, el destino, la suerte o un poder sobrenatural.
Así, el locus de control externo es la percepción de que los eventos no se relacionan con la propia conducta y que por ende no pueden ser controlados, de manera que no se valora el esfuerzo ni la dedicación. Los individuos con locus de control externo pueden mostrarse más confiados al enfrentarse a problemas graves como las enfermedades, atribuyéndolas a un factor externo y aceptando la posibilidad de sobrevivir. Un individuo con locus de control interno buscará probablemente una causa interna (que puede no existir), lo que le llevará a un estado de nerviosismo y ansiedad.
En mi opinion, creo que cada persona, asi como tiene el "locus de control interno" tambien tiene el "locus de control externo". a veces cuando tenemos tareas que hacer, muchas veces hacemos las cosas por uno mismo, con el esfuerzo y dedicacion de uno mismo, las podemo lograr.
Pero tambien, en algunas tareas, ya sea por pereza o por cualquier otra razon, nos atenemos a que alguien mas haga las cosas, les dejamos todo el trabajo a ellos. Cosa que no deberia pasar.
Siempre debemos de hacer las cosas por uno mismo, y si es que se nos dificulta algo, entonces si, pedir ayuda, pero trabajar juntos, no que nada mas ciertas personas hagan el trabajo.
La necesidad de control
Necesidad que tienen las personas de entender el mundo que les rodea, teniendo o percibiendo control sobre el mismo.
Cuando un acontecimiento reduce el sentido de control de la persona, se pone en marcha la "motivación de control", lo que puede llevar a distintas consecuencias conductuales:
Reactancia psicológica: generar intentos mayores por controlar la situación.
Indefensión: déficits conductuales, que disminuyen o paran la conducta.
Del estudio sobre la necesidad de control se han derivado numerosos constructos: La ilusión de control: creencia que tiene la persona de que controla realmente su entorno, derivada de la necesidad de sentir control, y que lleva a emitir juicios internos, atribuciones a la capacidad o habilidad, sobre resultados determinados por la suerte. Langer encontró que las personas que seleccionaban su nº de lotería tenían más expectativas de ganar. La ilusión de control puede tener efectos beneficiosos en la medida en que puede amortiguar el impacto de acontecimientos aversivos y promover una mejor adaptación de la persona.
La motivación epistémica: se trata de buscar y obtener información o conocimiento futuro, de cara a ser capaz de predecir y controlar el entorno. Ha sido descrita como "necesidad de certidumbre", "necesidad de consistencia cognitiva", "necesidad de estructura" o "intolerancia a la ambigüedad". El deseo de control: se ha asociado con diversas conductas de logro, como la elección de metas más difíciles, expectativas de resultado más elevadas o mayor persistencia en tareas difíciles.
La percepción de control tiene siempre un gran valor funcional, a veces puede ser más adaptativo percibir que uno no tiene control sobre la situación (cuando es un resultado desagradable), evitando así la culpa; o puede delegar control sobre alguien más eficaz de cara a obtener el objetivo o la meta deseada. Acercamientos temáticos Murray define la personalidad como diferencias individuales en disposiciones motivacionales. Hay 3 relevantes en la actualidad: de logro, de afiliación y de dominancia.
Para una buena estabilidad social, se necesita tener un buen manejo del control. Necesitamos entender la realidad que nos rodea, saber con el tipo de personas que estamos tratando, saber como tratar a las personas, saber que hay formas de comunicarse,. no podemos referirrnos a un jefe o compañero de trabajo, como nos referimos a un amigo o un familiar. tenemos que saber tener un buen control.
A menudo la gente habla de la personalidad como si se tratara de un producto, como una corbata de colores brillantes que le diera a un taje viejo. No solo eso, algunas veces hablamos como si la personalidad consistiera en rasgos atractivos y admirables: Efecto, encanto, honestidad. Pero no vemos que la personalidad es algo mucho más complejo de lo que indica el uso ordinario del término, e incluye tantos rasgos positivos como negativos.
Resulta fácil hablar de aspectos o rasgos de la personalidad sin definir el término en si. Y lo hacemos con frecuencia: No confió en ese hombre. No es honesto, o, podemos decir: Quiero a Ana. Tiene buen corazón. Pero es difícil elaborar una definición amplia de lo que es personalidad. Un concepto actual que podemos utilizar es: Patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento que persiste a lo largo del tiempo y de las situaciones. La anterior es una definición bastante larga, pero es la que advierte dos cosas importantes, Primero: Que la personalidad se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un individuo de cualquier otro, y en este sentido la personalidad es característica de una persona. El segundo aspecto es: Que la personalidad persiste a través del tiempo y de las situaciones.
Los estudiosos de la psicología siempre ah tratado de comprender las diferentes personalidades. Pero no fue sino hasta hace un siglo que los científicos comenzaron a realizar observaciones científicas sistemáticas y a sacar conclusiones de ellas.
Algunos teóricos ponen énfasis en las experiencias de la primera infancia, otros en la herencia, y otros atribuyen el fundamental al medio ambiente.
Hay quienes analizan únicamente como se comportan las personas congruentes en distintas situaciones y momentos y les restan importancia al concepto de una personalidad única y consiente.
Pero debemos tener claro que la personalidad es algo único de cada individuo, y es lo que nos caracteriza como entes independientes y diferentes.
Personalidad:
La personalidad no es mas que el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta de presenta una persona y que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes situaciones.
Hasta hoy, Sigmund Freud, es el mas influyente teórico de la personalidad, este abrió una dirección para estudiar el comportamiento humano.
Según Freud, el fundamento de la conducta humana se ha de buscar en varios instintos inconscientes, llamados también impulsos, y distinguió dos de ellos, los instintos cocientes y los instintos inconscientes., llamados también, instintos de la vida e instintos de la muerte.
Los instintos de la vida y los de la muerte forman parte de lo que él llamó ELLO, o ID. Y el yo, o ego.
Los instintos de la vida:
En la teoría de freudiana de la personalidad, todos los instintos que intervienen en la supervivencia del individuo y de la especie, entre ellos el hambre, la preservación y el sexo.
Los instintos de muerte:
En la teoría freudiana, es el grupo de instintos que produce agresividad, destrucción y muerte.
El ELLO:
Es la serie de impulsos y deseos inconscientes que sin cesar buscan expresión.
El yo, o el ego:
Es parte de la personalidad que media entre las exigencias del ambiente (realidad), la conciencia (superyo) y las necesidades instintivas (ello), en la se utiliza a menudo como sinónimo del ego.
Teorías humanísticas de la personalidad.
Ya vimos como Freud, pensaba que la personalidad era el resultado de la resolución de los consientes y de los inconscientes de las personas, además de las crisis del desarrollo. Muchos de sus seguidores modificaron sus teorías, uno de ellos fue, Alfred Adler, quien apreciaba una perspectiva muy distinta de la naturaleza humana de la que tenia Freud.
Adler, escribió sobre las fuerzas que contribuyen a estimular un crecimiento positivo y a motivar el perfeccionamiento personal. Es por eso que en ocasiones se considera a Adler como el primer teórico humanista de la personalidad.
La teoría humanista de la personalidad, hace hincapié en el hecho de que los humanos están motivados positivamente y progresan hacia niveles mas elevados de funcionamiento.
Dice que la existencia humana es algo más que luchar por conflictos internos y crisis existenciales.
Cualquier teoría de la personalidad que subraye la bondad fundamental de las personas y su lucha por alcanzar niveles mas elevados de conociendo y funcionamiento entra dentro del grupo de teoría humanística de la personalidad.
Otra teoría, es la de la tendencia a la auto realización, según Rogers, el impulso del ser humano a realizar sus auto conceptos o las imágenes que se ha formado de si mismo es importante y promueve el desarrollo de la personalidad.
También, decía que el impulso de todo organismo a realizar su potencial biológico y a convertirse en aquello que intrínsecamente puede llegar a ser. (Teoría de la realización).
Rasgos de la personalidad.
No son más que las disposiciones persistentes e internas que hacen que el individuo piense, sienta y actué, de manera característica.
Teoría de los rasgos.
Los teóricos de los rasgos rechazan la idea sobre la existencia de unos cuantos tipos muy definidos de personalidad. Señalan que la gente difiere en varias características o rasgos, tales como, dependencia, ansiedad, agresividad y sociabilidad. Todos poseemos estos rasgos pero unos en mayor o menor grado que otros.
Desde luego es imposible observar los rasgos directamente, no podemos ver la sociabilidad del mismo modo que vemos el largo de una persona, pero si esa persona asiste constantemente a fiestas y a diferentes actividades, podemos concluir con que esa persona posee el rasgo de la sociabilidad.
Los rasgos pueden calificarse en cardinales, centrales y secundarios. Rasgos cardinales:
Son relativamente poco frecuentes, son tan generales que influyen en todos los actos de una persona. Un ejemplo de ello podría ser una persona tan egoísta que prácticamente todos sus gestos lo revelan. Rasgos Centrales:
Son más comunes, y aunque no siempre, a menudo son observables en el comportamiento. Ejemplo, una persona agresiva tal ves no manifieste este rasgo en todas las situaciones. Rasgos secundarios:
Son atributos que no constituyen una parte vital de la persona pero que intervienen en ciertas situaciones. Un ejemplo de ello puede ser, una persona sumisa que se moleste y pierda los estribos.
Todas las teorías de la personalidad, en general, manifiestan que el comportamiento, es congruente a través del tiempo y de las situaciones. Según esta perspectiva, una persona agresiva tiende a ser agresiva en una amplia gama de situaciones y continuara siendo agresiva de un día a otro, o de un año a otro. Este comportamiento constantemente agresivo es una prueba de la existencia de un rasgo de la personalidad subyacente de agresividad, o de una tendencia hacia ella.
No obstante algunos teóricos, se preguntan si en realidad el ser humano mantiene una conducta persistente y consiente.
¿Interviene la herencia en la adquisición de la personalidad?
Un acervo cada ves mayor de investigaciones indica que si. Los estudios comparativos de gemelos idénticos, que comparten el mismo Material genético, indican que se parecen mucho más que los gemelos fraternos en características de la personalidad como emotividad, sociabilidad, e impulsividad. Por consiguiente se determina científicamente que la herencia influye genéticamente en la adquisición de una personalidad determinada.
Evaluación de la personalidad.
En algunos aspectos, medir la personalidad, se asemeja mucho a evaluar la inteligencia, En uno u otro caso se intenta cuantificar algo que no podemos ver ni tocar, y en ambos casos una buena prueba ha de ser confiable y valida a la vez.
Al evaluar la personalidad, no nos interesa la mejor conducta, lo que queremos averiguar es la conducta típica del sujeto, es decir, como suele comportarse en situaciones ordinarias.
En la intrincada tarea de medir la personalidad los psicólogos recurren a cuatro instrumentos básicos: la entrevista personal, la observación directa del comportamiento, los testobjetivos y los test proyectivos.
Cada ves que un psicólogo se enfrenta a la difícil tarea de medir la personalidad de un individuo, asumen un reto ya que la personalidad es algo que ellos no pueden ni ver ni tocar, pero que saben que esta presente en cada una de las persona, y tratar de ver como es la personalidad de un individuo en particular no es tarea fácil para los mismos.
Deben utilizar todas las técnicas necesarias para ellos, e implementar las técnicas descritas anteriormente.
En mi opinion, la personalidad es muy importante en cada persona. Es lo que define la manera de ser de cada uno de nosotros, lo que nos hace socializar con las demas personas. Es muy importante mantener una personalidad estable, tener la manera adecuada y saber como tratar a las personas, ya sea de manera formal e informal.
El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación. Esta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos.
Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación implica la transmisión de una determinada información. La información como la comunicación supone un proceso; los elementos que aparecen en el mismo son:
Código. El código es un sistema de signos y reglas para combinarlos, que por un lado es arbitrario y por otra parte debe de estar organizado de antemano.
El proceso de comunicación que emplea ese código precisa de un canal para la transmisión de las señales. El Canal sería el medio físico a través del cual se transmite la comunicación.
En tercer lugar debemos considerar el Emisor. Es la persona que se encarga de transmitir el mensaje. Esta persona elije y selecciona los signos que le convienen, es decir, realiza un proceso de codificación; codifica el mensaje.
El Receptor será aquella persona a quien va dirigida la comunicación; realiza un proceso inverso al del emisor, ya que descifra e interpreta los signos elegidos por el emisor; es decir, descodifica el mensaje.
Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y un proceso que con sus aspectos previos y sus consecuencias motive el Mensaje.
Las circunstancias que rodean un hecho de comunicación se denominan Contexto situacional (situación), es el contexto en que se transmite el mensaje y que contribuye a su significado.
La consideración del contexto situacional del mensaje es siempre necesario para su adecuada descodificación.
En el esquema clásico de Jakobson aparece el referente que es la base de toda comunicación; aquello a lo que se refiere el mensaje; la realidad objetiva.
Todos estos elementos que forman el esquema de la comunicación tienden a conseguir la eficacia de la información. Ésta se fundamenta en una relación inversa entre la extensión de la unidad de comunicación y la probabilidad de aparición en el discurso. + Extensión de la unidad comunicativaà - Probabilidad de aparición. - Extensión de la unidad comunicativa à + Probabilidad de aparición.
Este principio general de la teoría informativa se manifiesta en el hecho empíricamente demostrado o observado que las palabras o frases tienden a cortarse; tendemos siempre a una economía del lenguaje. Así un conferenciante que habla extensamente y nos va diciendo lo que ya sabemos lo tintamos de "rollo", ya que en este caso la relación no es inversa sino directa: mucha extensión, mucha probabilidad. - RUIDO Y REDUNDANCIA.
Se denomina ruido a cualquier perturbación experimentada por la señal en el proceso de comunicación, es decir, a cualquier factor que le dificulte o le impida el afectar a cualquiera de sus elementos. Las distorsiones del sonido en la conversación, en radio, televisión o por teléfono son ruido, pero también es ruido la distorsión de la imagen de la televisión, la alteración de la escritura en un , la afonía del hablante, la sordera del oyente, la ortografía defectuosa, la distracción del receptor, el alumno que no atiende aunque este en silencio...
Para evitar o paliar la inevitable presencia del ruido en la comunicación es habitual introducir cierta proporción de redundancia en la codificación del mensaje.
La redundancia en el código del mensaje consiste en un desequilibrio entre el contenido informativo y la cantidad de distinciones requeridas para identificar.
+ Mensajeà - Información
La redundancia es la parte del mensaje que podría omitirse sin que se produzca pérdida de información. Cualquier sistema de comunicación introduce algún grado de redundancia, para que no hay pérdida de información esencial, o sea para asegurar la perfecta recepción del mensaje.
Plural masculino
La redundancia libremente introducida por el emisor puede revestir las más diversas formas.
Ej. de redundancia: Elevar la voz, el subrayado, el uso de Mayúsculas,...
- LA SEMIÓTICA.
La semiótica o semiología es la ciencia que trata de los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas. Saussure fue el primero que hablo de la semiología y la define como: "Una ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social"; añade inmediatamente: "Ella nos enseñará en que consisten los signos y cuales son las leyes que lo gobiernan...".
El americano Peirce (considerado el creador de la semiótica) concibe igualmente una teoría general de los signos que llama semiótica. Ambos nombres basados en el griego "Semenion" (significa signo) se emplean hoy como prácticamente sinónimos.
En la semiótica se dan corrientes muy diversas y a veces muy dispares por lo que más que una ciencia puede considerarse un conjunto de aportaciones por la ausencia del signo y el análisis del funcionamiento de códigos completos.
De semiótica se ha ocupado entre otros, Prieto, Barthes, Umberto Eco,... A estos últimos se debe la aplicación del concepto de signos a todos los hechos significativos de la sociedad humana.
Ej: La moda, las costumbres, los espectáculos, los ritos y ceremonias,
los objetos de uso cotidiano,...
El concepto de signo y sus implicaciones filosóficas, la naturaleza y clases de signos, el análisis de códigos completos... Son objetos de estudio de la semiótica o semiología.
Hoy la investigación llamada la semiología, por quienes prefieren lo europeo o semiótica, por quienes prefieren lo americano, se centra en el estudio de la naturaleza de los sistemas autónomos de comunicación, y en el lugar de la misma semiología ocupa en el saber humano.
Saussure insiste en que la lingüística es una parte de la semiología, ya que esta abarca también el estudio de los sistemas de signos no lingüísticos. Se cae a menudo en el error de considerar equivalentes lenguaje y semiología, y nada más alejado de la realidad; El lenguaje es semiología, pero no toda la semiología es lenguaje.
Si Saussure opina esto, ahora bien según Barthes no es en absoluto cierto que en la vida social de nuestro tiempo existan, fuera del lenguaje humano, sistemas de signos de cierta amplitud. Objetos, imágenes, comportamientos, pueden en efecto significar pero nunca de un modo autónomo. Todo sistema semiológico tiene que ver con el lenguaje. Parece cada vez más difícil concebir un sistema de imágenes o objetos cuyos significados puedan existir fuera del lenguaje: Para percibir lo que una sustancia significa necesariamente hay que recurrir al trabajo de articulación llevado a cabo por la lengua. Así el semiólogo, aunque en un principio trabaje sobre sustancias no lingüísticas, encontrará antes o después el lenguaje en su camino. No solo a guisa de modelo sino también a título de componente de elemento mediador o de significado. Hay pues que admitir la posibilidad de invertir la afirmación de Saussure: La lingüística no es una parte, aunque sea privilegiada, de la semiología, sino, por el contrario, la semiología es una parte de la lingüística
El fundador de la semiótica, Peirce estableció diversas calificaciones de signo, entre las cuales esta la basada en el tipo de vínculo que une al signo con su referente. Y así distingue:
Indices (indicios). Son signos que tienen conexión física real con el referente, es decir, con el objeto al que remiten; la conexión puede consistir en la proximidad, la relación causa efecto o en cualquier tipo o conexión. Son índices los signos que señalan un objeto presente o la dirección en que se encuentran (una flecha indicativa, un dedo señalando algo...); Los signos que rotulan a los objetos designado en otro código (el título escrito debajo de un cuadro, un de foto...); Los signos naturales producidos por objetos o seres vivos también son índices (la huella de unas pisadas, el humo como indicativo de fuego, el cerco de un vaso, la palidez de una persona...).
Iconos. Son signos que tienen semejanza de algún tipo con el referente. La semejanza puede consistir en un parecido en la forma o afectar a cualquier cualidad o propiedad del objeto. Son signos icónicos: Los cuadros, las esculturas figurativas, las fotografías, los dibujos animados, las caricaturas, las onomatopeyas o imitaciones del sonido, mapas, planos, gráficos que visualizan proporciones. Evidentemente la iconicidad es cuestión de grado: una fotografía en color de un gato es más icónica que una silueta esquemática del mismo.
Símbolos. Son signos arbitrarios, cuya relación con el objeto se basa exclusivamente en una convención. El símbolo no tiene por no parecerse ni guardar relación con lo que designa. Los alfabetos, la anotación clínica, los signos matemáticos, las banderas . A esta categoría pertenece el signo lingüístico.
Peirce señala que la clasificación no es excluyente. Considerado desde diversos puntos de vista, un signo puede pertenecer a la vez a más de una de estas categorías.
Ej: Las huellas dactilares son índices (guardan relación real con la yema
del dedo que las produjo) y a la vez son iconos (reproducen exactamente
sus estrías), si una agencia de detectives la escoge o la utiliza como emblema
, será además el símbolo de la agencia.
Al margen de la clasificación de Pierce, un signo puede ser: motivado (su elección tienen alguna razón de ser, es decir, hay una relación objetiva entre signo y referente), la cruz como símbolo del cristianismo es motivado o puede ser también inmotivado (cuando no hay ninguna relación objetiva entre signo y referente), el signo de la suma(+) como símbolo de la suma es inmotivado. - EL SIGNO LINGÜÍSTICO.
Se presenta con características propias, las cuales requieren un más detallado desarrollo. En él se da la no-analogía del símbolo y además puede descomponerse y analizarse en unidades situadas a diferentes niveles.
De todas las clases de signos el lingüístico es el más importante. Existen dos formas de representar convencionalmente el signo que, sin ser contradictorias, corresponden a
enfoques diferentes.
Existe como vemos en estas dos representaciones discrepancias a cerca de que si debe incluirse o no incluirse el referente en el concepto de signo.
Los partidarios de la no-inclusión (Saussure) argumentan entre otras cosas, que hay signos que carecen de referente.
Ej: ¿Cuál es el referente del signo mas de la suma?
Los partidarios que consideran necesario mantener el referente (Ogden, Richards, Pierce) lo incluyen, y le responden a Saussure:
Hay dos clases de signos, los que se refieren a cosas y los que se refieren a relaciones: el concepto de referente se aplica solo a los primeros.
El referente abarca no solo el mundo real "sino cualquier universo posible". Ej: El centauro no existe en el mundo real pero podemos imaginarlo en un mundo de ficción.
El referente no tiene por qué ser un objeto material: el referente de justicia por ejemplo esta en las acciones justas que tienen lugar.
Siguiendo a Saussure el signo lingüístico consta de una parte material o significante y de otra inmaterial o significado, ambas están recíprocamente unidas. Saussure lo definía como una entidad psíquica de dos caras: el significante esta constituido por la sucesión inmutable de sonidos (fonemas) que lo constituyen (o de letras en la escritura). El significado es lo que el significante evoca en nuestra mente (el concepto) cuando lo oímos o leemos.
- Principios del signo.
1º. La arbitrariedad: El signo lingüístico es arbitrario, inmotivado. La relación que existe entre el significante y el significado no es necesaria si no convencional. Así el concepto que expresa la palabra (significado) no tiene ninguna relación natural con la secuencia de sonidos [ kása ] (significante); La asociación es el resultado de un acuerdo tácito entre los hablantes de una misma lengua. La prueba esta en que en otras lenguas diferentes se emplean palabras totalmente distintas para referirse al mismo concepto (House, inglés; Maison, francés).
2º. Carácter lineal del significante: El significante se desarrolla en el tiempo y en el espacio; los significantes acústicos se presentan uno tras otro y forman una cadena.
3º. La mutabilidad e inmutabilidad del signo: El signo desde un punto de vista diacrónico (estudio de la evolución a través del tiempo) puede cambiar o incluso desaparecer, por eso puede ser mutable. Ahora bien, desde el punto de vista sincrónico (estado en un momento determinado) el signo no puede cambiar, no puede modificarse, es inmutable.
4º. La doble articulación del signo: La primera articulación descompone el signo en monemas, son unidades mínimas que poseen significante y significado. En la segunda articulación, cada monema se articula a su vez en su significante en unidades más pequeñas carentes de significado, los fonemas. Los fonemas son pues, las unidades mínimas de la segunda articulación que poseen significante, pero no significado.
Lob / o s/a s L / o / b / o
Monema. Monema . Fonemas.
La importancia que tiene la doble articulación es la posibilidad de crear infinitas
palabras e infinidad de mensajes. - LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE
Ya desde Platón se había señalado que: "El lenguaje es un instrumento para comunicar uno a otro algo sobre las cosas". En todo acto de comunicación el lenguaje entra en contacto con los diferentes elementos que forman el esquema de la comunicación. Así el filósofo alemán Bühler dice que el lenguaje es un órgano que sirve para comunicar uno a otro sobre las cosas; partiendo de este esquema tripartito, analiza Bühler la relación que el mensaje guarda con estos elementos básicos y así, establece tres funciones básicas:
Los recursos lingüísticos característicos de esta función serían:
entonación neutra, el modo indicativo, la adjetivación específica y un
léxico exclusivamente denotativo.
Ej: "La pizarra verde"
La función representativa Bühler o referencial Jachobson: es la base de toda comunicación; define las relaciones entre el mensaje y la idea u objeto al cual se refiere. El hablante transmite al oyente unos conocimientos, le informa de algo objetivamente sin que el hablante deje translucir su reacción subjetiva. Los recursos lingüísticos son: Adjetivación explicativa, términos
denotativos, modo subjuntivo.
Ej: "Mi pobrecita mama esta malita"
" ¡Qué alegría! "
La función expresiva o emotiva: es la orientada al emisor; define las relaciones entre el emisor y el mensaje. Expresan la actitud del emisor ante el objeto; a través del mensaje captamos la interioridad del emisor, se utiliza para transmitir emociones, sentimientos, opiniones del que habla. Los recursos lingüísticos son: Vocativos, imperativa, oraciones
interrogativas (utilización deliberada de elementos adjetivos
valorativos, términos connotativos, pero siempre que todo esto este
destinado a llamar la atención del oyente)
Ej: " ¡Pepe, ven aquí! "
Jackobson introdujo en este esquema tres funciones más:
Función apelativa Bühler o conativa Jachobson: define las relaciones ente el mensaje y el receptor; esta centrada en el receptor. Se produce cuando la comunicación pretende obtener una relación del receptor intentando modificar su conducta interna o externa. Es la función del mandato y de la pregunta. Recursos lingüísticos: Los de literatura (metáforas, hipérboles...)
Ej: Frases hechas, Metáforas, frases poéticas.
"En Abril mil"
"El tiempo vuela"
"Rexona nunca te abandona"
Función poética o estética: se define la relación del mensaje con él mismo. Esta función aparece siempre que la expresión utilizada atrae la atención sobre su forma. Se da esencialmente en las artes donde el referente es el mensaje que deja de ser instrumento para hacerse objeto (el mensaje tiene fin en si mismo). Generalmente se asimila esta función a la Literatura, pero se encuentra también en el lenguaje oral y cotidiano.
Ej: "El tipico Si..., si..., si... del teléfono"
"Formulas de cortesía, Hola, Adiós, Buenos días..."
"Muletillas, Eh..., eh...."
"La charla intranscendente en el ascensor con un vecino"
Función fática: Es la función orientada al canal de comunicación, su contenido informativo es nulo o muy escaso: La función fática produce enunciados de altísima redundancia. Su fin es consolidar detener o iniciar la comunicación. El referente del mensaje fático es la comunicación misma. Constituye esta función todas las unidades que utilizamos para iniciar, mantener o finalizar la conversación.
Función Meta lingüística: es la función centrada en el código; Se da esta función cuando la lengua se toma a si misma como referente; es decir, cuando el mensaje se refiere al propio código. Cuando utilizamos el código para hablar del código. En la función meta lingüística se somete el código a análisis: La gramática, los diccionarios, la lingüística utilizan la función meta lingüística.
Ej: "Las clases de lengua" "Buscar una palabra en un diccionario"
Todas estas funciones pueden concurrir simultáneamente, mezcladas en diversas proporciones, y con predominio de una u otra según el tipo de comunicación.
En sí, la comunicacion es demaciado importante, ya que para relacionarlos con la sociedad, tenemos que comunicarnos... Con la comunicacion podemos llegar a acuerdos y solucionar conflictos si es que los hay. La comunicacion es la base mas importante para cualquier relacion, ya sea familiar, personal, profesional o laboral. Todas las personas llevamos una comunicacion, pero algunos tenemos una buena comunicacion, y otras tenemos una no muy buena.
Es natural sentirnos atraídos por personas que en las circunstancias y momentos
más variados, nos cautivan por su amabilidad y su facilidad de conversación,
casi inmediatamente reconocemos un natural interés por nuestra persona, trabajo,
familia, pasatiempos y actividades, sin otro fin que conocer a la persona y
establecer una relación más cordial.
Cuando nos interesamos en establecer
un verdadero diálogo para conocer más acerca de las personas, nos damos cuenta
que poco a poco el interés se hace mutuo y de esta forma damos un gran paso en
las relaciones sociales.
La sociabilidad es el valor que nos impulsa a
buscar y cultivar las relaciones con las personas compaginando los mutuos
intereses e ideas para encaminarlos hacia un fin común, independientemente de
las circunstancias personales que a cada uno rodean.
Al tener contacto
con personas diferentes, tenemos la posibilidad de aprender de su experiencia y
obtener otra perspectiva de la vida para mejorar nuestra persona, para más
adelante poder contribuir a su desarrollo personal y así comenzar una espiral
sin fin en la cual todos nos vemos beneficiados.
El lograr una verdadera
amistad no necesariamente es el resultado de la sociabilidad, pues depende de
otras disposiciones, este valor es un medio que facilita el acercamiento y la
comunicación con las personas.
En las relaciones profesionales o
laborales, por ejemplo, debe existir un interés porque las personas desempeñen
mejor su trabajo; para lograr este objetivo, hace falta conocer su entorno
familiar y las circunstancias en las que viven, así como su forma de ser, sus
reacciones y las motivaciones por las cuales se rigen, con estos elementos a la
mano estamos en condiciones de contribuir en el desarrollo individual,
profesional y de conjunto en el lugar de trabajo.
Otro caso que puede
citarse es en el ámbito escolar, donde los profesores que demuestran interés por
cada uno de sus alumnos pueden convertirse en los mejores guías positivos para
la vida, pues los impulsan no sólo a mejorar como alumnos, sino a contribuir en
la mejora del grupo y a participar en actividades de beneficio común para su
centro educativo y la sociedad entera.
En cualquiera de los casos
(oficina, escuela, lugar de residencia o grupo de acción social), toda relación
o proyecto se alcanza a través del conocimiento individual y colectivo de las
personas, uniendo las aspiraciones y objetivos propios con los de los demás. Por
tanto, este valor no se basa en la simpatía o en la afinidad emocional, que se
pueden dar y también cuentan, sino en el auténtico interés por el beneficio de
todas las personas, mejorando el entendimiento, la ayuda mutua y el trabajo en
equipo.
La sociabilidad es un canal de comunicación que puede sentar las
bases para tener nuevos amigos, elegir a la persona adecuada para formar una
nueva familia o comenzar una nueva empresa, en base al intercambio de gustos,
aficiones e intereses que se comparten y dan como resultado una relación más
trascendente.
En términos generales, existen algunas actitudes que
dificultan la vivencia de este valor y debemos sortearlas para lograr su
desarrollo y vivencia cotidiana:
- Evitar dejarnos llevar por la primera
impresión que nos provoca el encuentro con las personas (el semblante, la
expresión o el vestido), pues de forma casi automática abrimos o cerramos
nuestra comunicación por una simple apreciación.
- Respetar y aceptar
verdaderamente la forma de ser de los demás. Esto se traduce en catalogar a las
personas (serio, tímido, aburrido, poco competente, etc.) según como se
comporten en determinado ambiente, los excluimos y desplazamos de nuestro
círculo sin conocerlos lo más mínimo y posiblemente formando una opinión
equivocada respecto a su persona. Quien comete este error es porque no ha
comprendido que las personas no son ni se comportan según su gusto.
-
Cuidar que nuestro lenguaje sea sencillo y natural. A nadie le agrada encontrar
a una persona que se empeña obstinadamente en hablar de su profesión y empleando
el vocabulario propio de su actividad sin motivo alguno; es de mal gusto
utilizar palabras y expresiones poco usuales y sacadas del diccionario para
incluirse en cualquier momento; ni qué decir del lenguaje vulgar y grosero...
- Procurar ser respetuoso en todo momento. La excesiva familiaridad en
el trato con personas que acabamos de conocer o con quienes hemos tenido poco
contacto puede entorpecer una prometedora relación; el hecho de que sea alguien
amigo o conocido de nuestros íntimos, no garantiza que comparta las bromas, las
ideas, el sentir y el trato que tiene entre sí el grupo.
- Ser discretos
y no tratar de conocer los pormenores e intimidades de las personas, sobre todo
cuando no existe un mínimo de relación o confianza.
- Reconocer que todo
tiene su momento y lugar. Hay quienes conocen a un médico y casi inmediatamente
procuran obtener un punto de vista profesional a un mal que se padece, como una
especie de consulta particular, lo cual es molesto e incómodo para el
profesional, sobre todo si es en una reunión social y quien lo solicita es
alguien con quien en ese momento ha coincidido.
Podemos creer que
estamos mejor viviendo aislados, centrados en nuestra propia vida, sin depender
de nadie y sin causar molestias. La realidad es que esto puede ser una
manifestación de egoísmo y soberbia, pues todas las personas tienen algo bueno
que aportar a nuestra vida.
Quienes se han esforzado por vivir e inculcar
en su persona el valor de la sociabilidad, han encontrado una fuente inagotable
de alegría, un camino para lograr verdaderas amistades, el mejorar su
comunicación y capacidad de adaptación en los ambientes más diversos, pero sobre
todo, una mejor forma de vida a lado de sus semejantes.
La mayoria de las personas, no somos muy sociables... Nos es muy dificil relacionarnos con otras personas, ya sea por miedo, timidez, desconfianza, etc... Para muchos, es cuestion de tiempo saber relacionarnos con otras personas, pero al fin de cuentas lo hacemos, ya que es necesario ser sociable, ya sea para cuestiones personales y/o profesionales.
Una emoción es un estado afectivo que experimentamos,
una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos
(fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las
emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea.
Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos
violentas y más o menos pasajeras.
En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un
conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos
para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que
se percibe dicha situación. Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y
siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.
Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos
personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas
formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del
individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.
Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el
miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas
emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias
al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados. Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de
sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.
Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las
emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse. Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates)
tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las
emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la
especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa. Existen 6 categorías básicas de emociones.
MIEDO: Anticipación de una amenaza o
peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
SORPRESA: Sobresalto, asombro,
desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para
saber qué pasa.
AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos
alejarnos del objeto que nos produce aversión.
ALEGRÍA: Diversión, euforia,
gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.
Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos
decir que tienen diferentes funciones:
MIEDO: Tendemos hacia la
protección.
SORPRESA: Ayuda a orientarnos
frente a la nueva situación.
AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia
aquello que tenemos delante.
IRA: Nos induce hacia la
destrucción.
ALEGRÍA: Nos induce hacia la
reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva
reintegración personal.
Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo
los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas
diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a
expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con
palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados
en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal
social por excelencia. Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes
culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o
sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a
las demás personas, tienen la misma expresión facial. Posiblemente existan unas
bases genéticas, hederitarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las
expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco
en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc. Las mujeres tienen más
sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las señales emotivas y
esta sensibilidad aumenta con la edad. Otro ejemplo son los rostros de los
orientales, especialmente los japoneses, son bastante inexpresivos, pero es de
cara a los demás, porque a nivel íntimo expresan mejor sus emociones. Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando
alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos
tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro
lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de
las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la
aversión.
Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que
son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida
controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:
Expresiones faciales.
Acciones y gestos.
Distancia entre personas.
Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no verbal).
Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e
involuntarios, iguales para todos:
Temblor
Sonrojarse
Sudoración
Respiración agitada
Dilatación pupilar
Aumento del ritmo cardíaco
Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del "detector
de mentiras". Se supone que cuando una persona miente siente o no puede
controlar sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí
pueden llegar a controlarlo. ¿Qué es lo que nos produce el miedo a nivel fisiológico? Cuando nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o temor,
nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos a punto para
cualquier reacción de lucha o huída que sea preciso a fin de protegernos, ya que
nuestro impulso más básico es el de la supervivencia. La activación se produce de la siguiente manera:
El lóbulo frontal de la corteza cerebral por la acción del hipotálamo activa
la glándula suprarrenal.
La glándula suprarrenal descarga adrenalina.
Las pupilas se dilatan.
El tórax se ensancha.
El corazón se dilata, aumenta la provisión de sangre.
Se produce un aumento de la tensión arterial.
Los músculos se contraen.
El hígado libera glucosa, el combustible de los músculos.
La piel palidece.
Los bronquios se dilatan para aumentar el volumen de oxigeno.
En casos extremos la vejiga urinaria se vaciará.
¿Qué es la Inteligencia
Emocional? De la misma manera que se reconoce el CI (cociente intelectual), se puede
reconocer la Inteligencia Emocional. Se trata de conectar las emociones con uno
mismo; saber qué es lo que siento, poder verme a mi y ver a los demás de forma
positiva y objetiva. La Inteligencia Emocional es la capacidad de interactuar
con el mundo de forma receptiva y adecuada. Características básicas y propias de la persona emocionalmente
inteligente:
Poseer suficiente grado de autoestima
Ser personas positivas
Saber dar y recibir
Empatía (entender los sentimientos de los otros)
Reconocer los propios sentimientos
Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos
Ser capaz también de controlar estos sentimientos
Motivación, ilusión, interés
Tener valores alternativos
Superación de las dificultades y de lasfrustraciones
Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.
Goleman explica que la Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades
que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada
en el terreno personal y social. Incluye, por tanto, un buen manejo de los
sentimientos, motivación, perseverancia, empatía o agilidad mental. Justo las
cualidades que configuran un carácter con una buena adaptación social. El psicólogo W. Mischel hizo un experimento con niños de 4 años: les daba un
caramelo y les decía que tenía que irse un momento, pero que debían esperar a
que él volviera antes de comérselo, si lo hacían así él les daría otro caramelo
como premio. El tiempo que permanecía fuera era tan sólo de 3 minutos. Habían
niños que no esperaban y se comían el caramelo. Posteriormente hizo un
seguimiento de los niños y observó que los que no se habían comido el caramelo,
eran más resistentes a la presión, más autónomos, más responsables, más queridos
por sus compañeros y mejor adaptados en el medio escolar que los otros. Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes,
pero muchas veces la manera que tenemos de comportarnos o de enfrentarnos a los
retos de la vida son aprendidos. Desde pequeños podemos ver como para un niño no
está tan bien visto llorar y expresar sus emociones como en una niña, además a
los varones se les exige ser más valientes, seguros de sí mismos. También
podemos observar como, según las culturas, las mujeres son menos valoradas,
tanto en el ámbito personal como en el laboral, lo cual es el origen de
opresiones y malos tratos. Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el
momento en que venimos al mundo: nos comportamos como nos han "enseñado" a
comportarnos. Quererse a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los
fracasos, no todo depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser
capaces de seguir aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día, aprender
a ser más inteligentes emocionalmente, en definitiva a ser más
felices.
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben "leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
En una ocasión, contemplé una interesante muestra de empatía (y falta de ella) en un restaurante chino. Un hombre daba las gracias a la camarera por un pequeño obsequio que el restaurante había dejado un par de días antes en los buzones de las personas que vivían cerca. La camarera china no hablaba ni una palabra de español, de manera que preguntó varias veces al hombre, quien se esforzaba por hacerse entender. Cuando la camarera se marcha, la mujer que está sentada al lado del hombre le dice: "Creo que ha entendido que quieres que te traiga el regalo", a lo que el hombre respondió con cara de asombro: "¿En serio?" Al poco rato, llegaba la camarera con el obsequio.
La mujer supo leer el rostro de la camarera y saber lo que ella había entendido, lo que nos indica que, seguramente, se trataba de una persona con una elevada capacidad de empatía.
La empatía requiere, por tanto, prestar atención a la otra persona, aunque es un proceso que se realiza en su mayor parte de manera inconsciente. Requiere también ser consciente de que los demás pueden sentir y pensar de modos similares a los nuestros, pero también diferentes. Tal vez a ti no te moleste un determinado comentario o broma, pero a otra persona sí puede molestarle. La persona empática es capaz de darse cuenta de que dicho comentario te ha molestado incluso aunque ella sienta de otra manera.
La empatía está relacionada con la compasión, porque es necesario cierto grado de empatía para poder sentir compasión por los demás. La empatía te permite sentir su dolor y su sufrimiento y, por tanto, llegar a compadecerte de alguien que sufre y desear prestarle tu ayuda.
En general, es fácil para la mayoría de las personas tener una respuesta empática ante un daño físico ocurrido a otra persona. Por ejemplo, todos sabemos lo que se siente ante un golpe en la espinilla, porque todos sentimos lo mismo y es fácil sentir el dolor la persona que vemos recibir el golpe. No obstante, para evitar el malestar que se siente, muchas personas reaccionan riéndose. De este modo, se libran del dolor, aunque también se alejan de una respuesta empática.
Cuando no se trata de dolor físico, sino emocional, puede ser más difícil saber lo que la otra persona está sintiendo y requiere un grado de atención y de conciencia de la otra persona más elevado. Cómo ser más empático
Una persona puede aumentar su capacidad de empatía observando con más detalle a los demás mientras habla con ellos, prestándoles toda su atención y observando todos los mensajes que esa persona transmite, esforzándose por ponerse en su lugar y "leer" lo que siente. Si mientras hablas alguien, estás más pendiente de tus propias palabras, de lo que dirás después, de lo que hay a tu alrededor o de ciertas preocupaciones que rondan tu mente, tu capacidad para "leer" a la otra persona no será muy alta.
Pero la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente, sino que implica responder de una manera apropiada a la emoción que la otra persona está sintiendo. Es decir, si alguien te dice que acaba de romper con su pareja y tú sonríes y exclamas "¡Qué bien!", no estás dando una respuesta muy empática. La falta de empatía
La falta de empatía puede verse a menudo al observar las reacciones de los demás. Cuando una persona está principalmente centrada en sí misma, en satisfacer sus deseos y en su propia comodidad, no se preocupa por lo que los demás puedan estar sintiendo y no tiene una respuesta empática ante ellos. Es la madre o padre que responde con un "mmm" indiferente, cuando su hija pequeña le enseña con entusiasmo su último dibujo, sin percibir la decepción de la niña al ser ignorada. Es el marido que llega a casa cansado del trabajo y se sienta a ver la tele mientras espera que su esposa, que también llega cansada del trabajo, se ocupe de hacer la cena y de bañar a los niños. O es la persona que dice no importarle si hay calentamiento global o si estamos contaminando el ambiente porque considera que ya habrá muerto cuando todo eso sea un verdadero problema.
Tal vez vivamos en una sociedad donde la gente es cada vez menos empática (según estudio de la Universidad de Michigan, los niveles de empatía de estudiantes universitarios cayeron un 40% entre el año 2000 y el 2010). No obstante, el único modo de hacer que el mundo sea cada vez más empático y no al revés, consiste en que cada persona se esfuerce por ser más empática, prestando más atención a los demás, a sus emociones, a lo que pueden estar sintiendo o pensando, o cómo les afecta lo que dices o haces.